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miércoles, 18 de diciembre de 2013

PALO BLANCO: UN SITIO CON CERÁMICA TEMPRANA – POR EDUARDO MARIO CIGLIANO – PUEBLOS ORIGINARIOS



Gracias al generoso desprendimiento del amigo Ítalo Nonna, esplendidez que mucho tiene que ver con la actitud docente - palabra cuya etimología se origina en “dar”, “donar” – los Quilmeros podemos llegar a conocer personalidades, hechos científicos y artísticos que develan nuestras tradiciones y nuestra sustanciosa cultura. Si el señor Nonna se hubiera guardado para sí ese incalculable tesoro - acovachándolo en la oscuridad de cajones o anaqueles - que es la colección de rotograbados donados a la Biblioteca P. P. Goyena no hubiéramos podido llegar, como en este caso, a las investigaciones sobre los pueblos originarios de América y de nuestra Argentina realizadas por el Dr. Eduardo Mario Cigliano (de quien próximamente publicaremos su biografía en este blog) 
Haciendo referencia, recientemente, a la periodista historiadora Ana María de Mena, [1] reprodujimos unas palabras del profesor Lombán acerca del accionar difusor de las investigaciones del Dr. Fernando Pozzo; dice Lombán que no sirva guardarse para sí investigaciones o documentos, lo realmente provechoso es: “…dar a conocer. No atesorar para uno, sino brindar a los otros. Todo verdadero descubrimiento implica difusión y, por sobre todas las cosas, una actitud de generosidad de desprendimiento, de querer compartir el hallazgo con los demás”. 
El siguiente documento gráfico tomado de la sección ilustrada de La Prensa (rotograbado) del domingo 26 de febrero de 1967, es un aporte a nuestra historiografía, que los lectores pueden hallar en la Biblioteca Popular Pedro Goyena, ubicada en calle San Luis 948 e/Larrea y Azcuénaga (tel.: 4224-8013) Chalo Agnelli

Vista del yacimiento de Palo Blanco, donde se ralizaron las excavaciones.

"PALO BLANCO: UN SITIO CON CERÁMICA TEMPRANA"
Especial para “La Prensa”  
Quilmes, Buenos Aires. 1967.
Es evidente que a medida que se estudian los nuevos y diferentes rasgos de la actividad humana pre­histórica en el continente americano se va comprendiendo la complejidad de los mismos y la necesidad de realizar sín­tesis para poder ubicar en el tiempo y en el espacio la gran cantidad de datos que nos brindan las excavaciones y la aplicación de las nuevas técnicas de investigación.
Uno de los problemas más impor­tantes con que se enfrenta el investiga­dor en América es el que trata de los orígenes, desarrollo y difusión de la ce­rámica. 
Los vestigios culturales correspon­dientes a una etapa temprana para tra­diciones alfareras en la América del Sur son de por sí bastante significati­vas. Lo interesante es que los fechados radiocarbónicos para la cerámica más antigua no corresponden al área del Perú y Mesoamérica, pero sí existen fechas antiguas para yacimientos de Pa­namá, Colombia, Venezuela y Ecuador, que corresponden al área intermedia. 
En todos estos casos la cerámica fue hallada asociada con abundante canti­dad de valvas de moluscos, desperdicios de sus alimentos y, en pequeña canti­dad, huesos y piedras. La ubicación de estos yacimientos en zonas costeras nos habla de una economía de recolecto­res y pescadores; también es probable que hayan comenzado con la domesti­cación de ciertos vegetales. El conoci­miento de la pesca se manifiesta por el hallazgo de anzuelos de concha y de guijarros- convertidos en pesos para re­des. En otros sitios la presencia de hue­sos de animales de caza y de puntas líticas son indicios de hábitos cazadores.
 Fragmentos de cerámica alisada hallada en la conchilla cuya antigüedad, según el método del carbono 14, es de 2400 años de a.d.C.

El contenido de cerámica en estos ya­cimientos arqueológicos costeros, corres­pondientes a una etapa temprana, es lo que da un carácter particular a estos sitios, ya que la variedad técnica decorativa y la multiplicidad de formas de las piezas no están de acuerdo con la antigüedad de la cerámica para la Amé­rica del Sur. De todas maneras existen dentro do esta alfarería una serie de valores que demuestran su primitivi­dad; por ejemplo, integrantes, de la pasta, grosor de las paredes y la asi­metría de las formas. 
Puerto Hormiga en Colombia (3000- 2500 años antes de Cristo), Monagrillo en Panamá (2100 años antes de Cris­to), Rancho Peludo en Venezuela (2500 años antes de Cristo); Valdivia en Ecuador (3000-2000 años antes de Cris­to) constituyen una serie de singulares complejos arqueológicos fechados radiocarbónicamente, cuyos niveles infe­riores contienen cerámica con técnicas de decoración y formas limitadas. 
A pesar de existir entre los comple­jos arqueológicos mencionados una si­militud en la simplicidad de las formas de las piezas, en las escasas técnicas de decoración y en la gran antigüedad de los restos resultan todavía, a nues­tro modo de ver, muy escasos los ele­mentos como para poder efectuar com­paraciones entre estos complejos tan cercanos, a pesar de que presentan en algunos aspectos un cierto “aire de fa­milia”. 

PALO BLANCO 
El problema del hallazgo de una ce­rámica inicial no es un problema que pueda considerárselo como aislado. ¿Fue en realidad un procesó de lento, desa­rrollo tecnológico local? ¿O fue produc­to de una difusión a través de grupos que partieron de un foco de origen? En el área del nordeste de la provincia de Buenos Aires hemos diferenciado dos períodos que se encuentran perfectamente definidos: uno de ellos donde la cerámica está ausente y otro con cerá­mica. Por lo tanto podría pensarse que o bien falta una etapa donde la cerá­mica se desarrolló en esta área, o bien que la entrada de la cerámica se ha producido en forma brusca y por lo tanto se halla superpuesto al período sin cerámica denominado precerámico. 
El sitio por nosotros determinado se encuentra ubicado en la finca La Flo­rida, a mil metros de la costa actual del río, en el lugar denominado Palo Blanco (partido de Berisso, provincia de Buenos Aires). Esta zona presenta ca­racterísticas muy particulares, ya que en ella se distinguen cordones de con­chilla que ocupan una franja costera y que corresponden a depósitos, corres­pondientes a períodos postpampeanos, producto de una ingresión [2] marina. Es­tos depósitos marinos son producto de la acumulación de valvas de moluscos, de un proceso final del mar en retro­ceso; son depósitos de playa, más o menos paralelos a la ribera actual.
Fragmentos de alfarería que se encuentran en la capa de humus correspondientes a la fase media de la provincia de Buenos Aires.

Estos cordones conchiles naturales, que se encuentran cubiertos por una densa y compacta capa de humus, for­man suaves elevaciones sobre las que se construyen las viviendas actuales o donde se realizan explotaciones para obtener material para la elaboración derivada de las conchillas. Los estudios se realizan sobre uno de esos-depósitos de playa que se encuentran en la zona de Palo Blanco, que ha dejado el mar al retirarse y que están formados por diferentes capas de valvas de moluscos que pueden alcanzar un espesor de has­ta dos metros. Por sus características generales se ha conservado intacto a lo largo del tiempo, quedando cubierto por la capa de humus y la vegetación típi­ca de la zona. 
Estos depósitos naturales de conchas contenían en su interior gran cantidad de fragmente de cerámica, que eviden­temente se depositaron junto con las valvas de moluscos. Los fragmentos pre­sentan la particularidad de ser de re­gular tamaño, sin ningún tipo de decoración y con un alisamiento en los bor­des, de fractura como consecuencia de haber rodado, cuando estaban incluidos en el mar, previo a la depositación y for­mación del cordón conchil.

Del estudio de los fragmentos de al­farería surge una serie de caracteres que le imprimen uniformidad y que in­clusive pueden incluírselos dentro de un solo tipo. Las paredes de la cerámica son en general alisadas, sin ningún tipo de decoración; cosa contraria a lo que sucede con la cerámica de Valdivia, Puerto Hormiga, Monagrillo, donde hay una decoración y una cierta variedad en las formas de las piezas. 
Las posibilidades de poder determinar un sitio de asentamiento de la cultura correspondiente a la cerámica alisada fueron negativas, ya que es muy pro­bable que la causa de la desaparición de los sitios de habitabilidad haya es­tado dada por continuas crecientes y la utilización de materiales perecederos. 
La única evidencia fue por lo tanto la gran cantidad de fragmentos de ce­rámica alisada dentro de todo el cordón conchil en esa zona de Berisso. 
Durante los trabajos realizados en Pa­lo Blanco, además de la cerámica aso­ciada a la conchilla se hallaron materiales dentro de la capa de humus que cubría el cordón conchil. Los fragmen­tos de alfarería que se encontraron en la capa de humus tienen una decora­ción de guardas incisas, formadas por combinaciones de líneas quebradas ordenadas en serie horizontales y que­bradas dando origen a registros escalo­nados y figuras geométricas y algunos con pintura monocroma. Los bordes de fractura de esos fragmentosde cerámica son frescos y no presentan, por lo tanto, el alisamiento que es carac­terístico de la cerámica alisada y sin decoración que aparecen en las diver­sas capas de conchilla del cordón. Por lo tanto los fragmentos con decoración grabada, incisa y pintada serían corres­pondientes a un período posterior al de la cerámica alisada y sin decoración, que fue contemporánea de la formación del cordón conchil.
 Perfil del cordón conchil. Los señaladores indican las zonas donde se halla mayor concentración de cerámica alisada.

Se realizaron fechados radiocarbónicos utilizándose como muestras val­vas de moluscos que procedían de los niveles profundos del cordón en cu­yas capas se hallaba asociada la cerá­mica alisada sin decoración. Las inves­tigaciones fueron realizadas por el la­boratorio de Carbono 14 del Instituto Venezolano dé Investigaciones Científicas, dando los fechados absolutos 4.760, 3.990 y 4.250 años de antigüedad. Las muestras guardan cierta relación y en general podemos admitir una uni­formidad, que puede contar con un ma­yor apoyo si se tiene en cuenta que la alfarería alisada sin decoración fue ha­llada en una formación geológica natu­ral como es este último cordón conchil, que se encuentra en esta zona de la provincia de Buenos Aires y que en toda la bibliografía geológica es con­siderado como correspondiente a la formación postpampeana denominada querandinense. 
Palo Blanco representa uno de esos sitios de la arqueología en que por la complejidad del problema representará para los investigadores el mismo sus­penso que fueron tan comunes en otros yacimientos americanos, ya que por los limitados datos que nos puede otorgar el sitio, solamente manteniendo las ex­ploraciones e investigaciones se podrá avanzar en un problema tan complejo como es el del origen y desarrollo ini­cial de la cerámica americana.

Dr. Eduardo Mario Cigliano 
Colaboración Ítalo Nonna  
Bibliógrafos Cristina Secco y Chalo Agnelli

NOTAS



[1] http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/11/una-plazoleta-de-san-martin-de-los.html
[2] Neologismo